¿Qué puede hacer un diabético para proteger su visión?
La diabetes aumenta el riesgo de padecer glaucoma, cataratas y otros problemas oculares, por eso es fundamental realizar un seguimiento médico integral y realizar visitas al oftalmólogo regularmente.
La diabetes es una enfermedad que afecta la capacidad del organismo de usar y almacenar azúcar. Se caracteriza por concentraciones elevadas de azúcar en la sangre, sed excesiva y aumento de la excreción de orina, así como cambios en los vasos sanguíneos del cuerpo y puede perjudicar muchos órganos entre ellos los ojos.
El compromiso ocular en los pacientes diabéticos aumenta el riesgo de ceguera, haciéndolo hasta 40 veces mayor que en la población general, puesto que afecta casi cualquier parte del ojo, siendo cuatro los más relevantes (retina, humor vítreo, cristalino y nervio óptico) y producir varias enfermedades siendo las más comunes catarata, glaucoma y retinopatía diabética.
La Retinopatía Diabética es la enfermedad ocular más frecuente del paciente diabético, por eso es de suma importancia su manejo por parte del médico oftalmólogo. Su mejor tratamiento, la prevención; un estricto control del azúcar en la sangre reducirá en forma significativa el riesgo a largo plazo de una pérdida de la visión. Generalmente el tratamiento no cura la retinopatía diabética ni tampoco suele restaurar una visión normal, pero puede retardar la progresión de la pérdida de la visión. Sin tratamiento, una retinopatía diabética progresa de forma continua, desde el nivel más bajo, hasta etapas severas, que sin un tratamiento oportuno y adecuado suelen conducir a la ceguera.
Realizarse pruebas de forma periódica para verificar el azúcar en la sangre, es imprescindible para controlar la diabetes y evitar la pérdida de la visión. Este monitoreo periódico de glicemia permitirá realizar los ajustes necesarios en el tratamiento con el fin de mantener los niveles de glicemia en los valores más cercanos posibles a lo normal evitando el daño en los ojos generado por la diabetes.
Los exámenes oculares por médico oftalmólogo cada año y el control del nivel de glucosa en la sangre, son los dos factores más importantes para prevenir y tratar la retinopatía diabética con éxito. Si es diabético acuda a un centro oftalmológico especializado, donde realicen una evaluación con los exámenes necesarios para asegurarse que no tenga retinopatía diabética. Esta evaluación debe tener estudios para descartar ojo seco, catarata y retinopatía diabética y debe realizarse por lo menos una vez al año.
Si se sufre de retinopatía diabética proliferativa, edema macular o retinopatía de fondo, existen tratamientos que ayudan a proteger la visión y a retrasar la progresión de la enfermedad pero lo realmente importante es el diagnóstico oportuno, el cual se logra con la evaluación periódica por parte del médico oftalmólogo.